Puertas correderas de madera

Optimización del espacio, es sin duda la frase clave a la hora de definir la utilidad de una puerta corredera. Una ventaja muy fácil de apreciar cada vez que nos enfrentamos a las tradicionales puertas abatibles de bisagra que exigen un área diáfana a su alrededor. Para abrir una puerta estándar frontalmente, necesitaremos un ángulo libre de 90º que nos permita alejarnos del marco a una distancia que incluye: la medida de su propio ancho más la porción de nuestro brazo, imprescindible para abatirla. En total, algo más de un metro a su alrededor. Es posible que esta distancia no sea tan relevante  cuando hablamos de puertas exteriores o de accesos a grandes áreas. Pero, si la trasladamos a zonas más reducidas  -baño, habitación o cocina- pronto echaremos en falta ese metro cuadrado perdido. Esto lo saben los arquitectos e interioristas, y es la causa principal de que, cada vez más, elijan puertas correderas de madera para aumentar el área útil de las vivienda de una forma económica. Con el aumento de población en las grandes ciudades y el empequeñecimiento de los pisos, los constructores ya no dudan sobre la necesidad de la implantación de estas puertas correderas. En esta misma línea de ahorro espacial, las puertas correderas de madera se utilizan también como elemento separador o integrador entre diferentes ambientes. Su desplazamiento lateral, a través de guías, las convierten en el método ideal para ampliar o aislar zonas interiores o exteriores del hogar. Gracias a su capacidad de adaptación y sus posibilidades decorativas, las puertas correderas de madera son una estupenda opción para crear accesos a terrazas o jardines. La madera sigue siendo el material preferido en la manufactura de puertas, aportando beneficios estéticos y funcionales. Las puertas correderas no son una excepción en este sentido. Con componentes adecuados se consiguen efectivos aislamientos acústicos y térmicos, permitiendo ajustes para aumentar la resistencia y seguridad. Por otro lado, su posibilidad de restaurar las puertas de madera favorece futuros cambios adaptados a nuevos estilos de diseño. Las maderas más utilizadas en la fabricación de las puertas de madera son, entre otras: cedro, nogal, pino, roble, fresno o haya y forman parte de una estructura que suele incluir elementos metálicos y cristal. Las puertas correderas de madera se deslizan a lo largo de guías o rieles que hacen cómodo su desplazamiento, por lo que su peso no implica ningún esfuerzo al manipularlas.  Las puertas correderas de madera se han convertido en la mejor opción a la hora de elegir, para nuestra vivienda, un cerramiento práctico, económico, y con posibilidades estéticas renovables.

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